Archivo para la categoría Costarriqueñismos
Ticos y nicas
Publicado por Dennis Meléndez Howell en Costarriqueñismos, Costumbres y recuerdos el 12 febrero, 2013
A los costarricenses nos llaman ticos y es un apelativo que hemos asimilado con mucho cariño. Sobre el origen de este mote no parece haber mayor controversia.
Desde antes de la independencia, los nicaragüenses y, en general, los centroamericanos, siempre se referían a los habitantes de este último estado del Reino de Guatemala, como los costarricas, así como los del país del norte se hacían llamar los nicaraguas. En algunos casos, dependiendo de qué tan al sur de aquel país fueran oriundos, los nicaragüenses también nos llamaban «cartagos», que era la forma en que los guanacastecos y puntarenenses se referían a los habitantes del Valle Central.
Josecito
Publicado por Dennis Meléndez Howell en Costarriqueñismos, Vivencias personales el 16 septiembre, 2012
Dennis Meléndez Howell
Una mañana, muy temprano, de un día cercano a la navidad de 1956, cuando los aires estaban impregnados de olor a ciprés, a lana de portal, a tamal, a vientos alicios, mi papá anunció que iría a visitar a un amigo al otro lado del río Tiribí, a quien hacía mucho tiempo no veía. Siempre me gustaba acompañarlo en aquellas aventuras, especialmente cuando se trataba de hacer visitas inesperadas, aunque algunas terminaran en el chasco de que las personas buscadas no estuviesen en su casa. Me encantaba oír sus cuentos y conversaciones de antaño con otros campesinos de la zona. No olvidemos que el teléfono no existía por aquellas remotas latitudes pasoancheñas y las visitas tenían siempre que ser así, sin anunciar
Choricear
Publicado por Dennis Meléndez Howell en Costarriqueñismos, Costumbres y recuerdos el 23 febrero, 2012
De acuerdo con el Diccionario de la Real Academia Española, «Choricear» es un verbo que significa «robar», término que proviene del Caló (lengua gitana). Es probable que esta palabra, por esas cosas casuísticas del idioma, llegara al lenguaje cotidiano costarricense (más bien al pachuco), a partir de esta fuente. Aunque existe la versión de que es un término autóctono que por casualidad coincide con la versión española. Sin embargo, pareciera que nos vino directamente de España. Seguidamente explico la versión que conozco (que bien puede ser el origen español del término).
Para quienes nos tocó la tarea, en nuestra infancia, de ser «chiquillo de los mandados», nos viene a la memoria la imagen del carnicero del pueblo, con sus cuchillos afilados y desgastados por la chaira (afilador), el hacha clavada sobre la tuca en que se trozaban las piezas más duras y el infaltable serrucho para cortar el jarrete. Al fondo de la carnicería había una mesa de trabajo o moledero, con manchas viejas de sangre y uno que otro resto de carne o huesos, residuos de la actividad diaria.
¡Váyase p´al carajo!
Publicado por Dennis Meléndez Howell en Costarriqueñismos el 19 junio, 2011
Aún a principios de los 50 del siglo pasado, el uso de la palabra carajo era socialmente inaceptable. Se le usaba, principalmente, como exclamación, para denotar un arranque de ira o mostrar profundo desacuerdo con algún tema o actuación de alguien. De hecho, llamar carajo a un individuo (un varón, nunca se le usó en femenino) era un insulto grave, quizás más que el propio mentonazo de madre. Y es que carajo, desde tiempos coloniales era el nombre más vulgar con que se conocía al miembro viril. He buscado en diversas fuentes el origen de esta palabra y he encontrado algunos datos interesantes que resumo a continuación.
Sobre «samuelear»
Publicado por Dennis Meléndez Howell en Costarriqueñismos el 8 marzo, 2011
http://puesfijate.blogspot.com/2009/03/samuelear.html
Conocí la palabra gracias al estupendo proyecto digital de fin de curso que hicieron los chicos del Máster de EL PAÍS de el año pasado, un monográfico sobre aquellas materias poco conocidas en las que España es número uno del mundo. Rodrigo Cavalheiro entrevistaba al campeón mundial de Scrabble en castellano, un tal Enric Hernández, poseedor de un léxico impresionante.
Le interesaban a este Hernández especialmente las palabras que contienen letras de mucha puntuación, como za, expresión usada para ahuyentar a los perros o cuz, lo que se les grita para traerlos de vuelta. A las gallinas, en cambio, se las espanta diciendo ox. De algunos términos ni sabía su significado, sólo que existían. Pero también conocía el sentido de miles de vocablos rarísimos y muy útiles para cuadrar las letras en el tablero.
¡No seas tan clavo!
Publicado por Dennis Meléndez Howell en Costarriqueñismos, Costumbres y recuerdos el 26 febrero, 2011
En todo Latinoamérica se usa la locución verbal “sacarse el clavo”. Creo que no hay que dar mucha explicación de su significado: simplemente es, o bien, vengarse de alguna ofensa recibida o averiguar o confirmar algo que nos tenía con duda.
“Como en días pasados me dijo que yo era un gran vago, hoy me saqué el clavo y lo acusé de estar durmiendo en horas de trabajo”
“Finalmente me saqué el clavo y pude averiguar adónde es que va Lucía todas las noches”
Manudos y liguistas
Publicado por Dennis Meléndez Howell en Costarriqueñismos, Costumbres y recuerdos el 6 febrero, 2011
Odilíe Mora de Chacón fue mi profesora de Estudios Sociales en mi primer año, en el Liceo de San José. Tenía una forma de contar la historia que cautivaba aún a los chiquillos más abstraídos. La siguiente es una historia que nos contó en una de sus clases, la cual trato de repetir, a grandes rasgos, con el riesgo de que mi imaginación traicione a mi memoria. Sirva a la vez, como un mínimo homenaje para ella, quizás la mejor profesora que tuve en mi vida.
¡Tumbe ese vara!
Publicado por Dennis Meléndez Howell en Costarriqueñismos el 31 enero, 2011
Hace unas cuantas décadas, la expresión ¡tumbe la vara! era considerada un pachuquismo, término que solo usaba la gente de poca cultura. Desde luego que, como suele suceder con los pachuquismos, rápidamente fue asimilada por los jóvenes, quienes empezaron a utilizarla tan profusamente que la subieron de rango social, aún para las personas que se consideran “cultas”.
¡Tumbe esa vara! se le dice a alguien que esté haciendo algo que nos incomode o nos moleste, para que lo deje de hacer. Desde este punto de vista, tumbar la vara es equivalente a renunciar a algo o hacer algo.
La plancha de Rafela
Publicado por Dennis Meléndez Howell en Costarriqueñismos, Costumbres y recuerdos el 29 enero, 2011
¡Ahora sí me cayó la peseta!
Publicado por Dennis Meléndez Howell en Costarriqueñismos el 5 enero, 2011
Antes de que la inflación hiciera estragos con nuestra moneda, existía en el país la moneda fraccionaria, es decir los submúltiplos del colón. La menor era el cinco, y sucesivamente, el diez, la peseta y el cuatro, nombre informal para denominar las monedas de cinco, diez, veinticinco y cincuenta céntimos. A la moneda de un colón, siempre se le llamó peso, como en casi todos los países latinoamericanos, por la costumbre del peso castellano, que circuló por varios siglos en España. En monedas, el único múltiplo fue la chapa de dos pesos, o moneda de dos colones, burda asimilación del doblón español, que equivalía a dos castellanos.
¡Adelante, doña Vina!
Publicado por Dennis Meléndez Howell en Costarriqueñismos, Costumbres y recuerdos el 3 enero, 2011
A mediados de 1959, fui abruptamente desarraigado del ambiente campesino en que me había criado y, trasladado a la, para mí, agresiva zona urbana, a Barrio México. Y es que, a principios de los 50, todavía el sur de Paso Ancho del Río Tiribí se podía considerar zona rural, donde abundaban los potreros y las fincas, y uno podía ir a bañarse a las pozas del Jorco o el Tiribí y a robar naranjas y mangos en los predios cercanos, incluyendo los del lado de San Rafael Abajo.
¡Pura vida!
Publicado por Dennis Meléndez Howell en Costarriqueñismos, Costumbres y recuerdos el 2 enero, 2011
En los años 50, la identidad popular costarricense experimentó una de las mayores influencias de parte de la cultura mexicana, principalmente a través de la música y el cine. Estas manifestaciones culturales tuvieron mucha penetración en los estratos bajos y medios, y desplazaron radicalmente la influencia que tuvo, en los 40, el cine argentino. Claro que siempre le tocó competir con el cine estadounidense, con las películas de Tarzán, con Johnny Weissmuller, las de vaqueros del viejo oeste, como el Llanero Solitario, los Tres Chiflados y Abbott y Costello, y muchas otras. El cine azteca se consolidó en el mercado local, principalmente en los cines de barrio, con muchas películas que iban, desde las serias de Pedro Infante, María Félix o Jorge Negrete; las de charros, hasta las de los cómicos de la época: Tin Tan y Marcelo, Loco Valdez, Resortes, Clavillazo y desde luego, Cantinflas, que hicieron época en todo el país.
La maría
Publicado por Dennis Meléndez Howell en Costarriqueñismos, Costumbres y recuerdos el 2 enero, 2011
En los años 40, aún circulaban en San José los coches y volantas tiradas por caballos, como medio principal de transporte de las familias adineradas y como vehículos de alquiler para que, quienes no poseyeran una, lo pudiesen rentar para una boda o una ocasión especial. El transporte de carga se hacía en carretas y carretones, con sus grandes y filosas ruedas que hacían de las calles verdaderas calamidades.
Por la gran puta, ¡qué mal que hablamos!
Publicado por Dennis Meléndez Howell en Costarriqueñismos el 1 enero, 2011
Este listado de palabras con sus definiciones no tiene otro objetivo más allá que dar una interpretación de la forma en que el tico usa muchas palabras, y las nuevas que ha creado, para enriquecer y dar más colorido a su comunicación oral. Incluye, pachuquismos (lenguaje de los pachucos), regionalismos, costumbrismos y costarriqueñismos auténticos (poladas y maiceradas). En muchos casos, se anota el posible origen de las respectivas acepciones de los términos, cuando ello es posible. Leer el resto de esta entrada »
Costarriqueñismos obscenos y tabús
Publicado por Dennis Meléndez Howell en Costarriqueñismos el 1 enero, 2011
Agradezco a Rodrigo Matarrita y a Eduardo Guevara Chavarría por su colaboración en el aporte de muchos de los términos aquí incluidos.
Al término de la dictadura del Generalísimo Franco, en España, siguió un período que fue denominado, por los propios españoles, como la época del “destape”. Los españoles sintieron que se habían liberado de las cadenas, no solo políticas sino de todo tipo.
Bien es conocida la estrecha relación que hubo entre el gobierno franquista y la Iglesia Católica, lo cual traía aparejado un nivel de censura moral que, sin ser tan estricta como la de época victoriana en Inglaterra, no era permisiva en cuanto a sexo, morbo, forma de vestir (especialmente de las mujeres), cine, arte, literatura. La publicación de desnudos era estrictamente limitada y casi secreta.
El Virilla
Publicado por Dennis Meléndez Howell en Costarriqueñismos, Costumbres y recuerdos el 12 diciembre, 2010
El río Virilla es el límite entre las cercanas provincias de Heredia y San José. El nombre de este río no deja de ser inusual, pues no corresponde a un nombre indígena ni a una palabra castiza o importada de otro idioma.
Hace unos días, mi amigo Rodrigo Matarrita, con algo menos de detalle, me relató esta historia:
¡Viendo pal ciprés!
Publicado por Dennis Meléndez Howell en Costarriqueñismos, Costumbres y recuerdos el 12 diciembre, 2010
Amadeo Barrantes, vecino de San José de Alajuela, había conocido a Lola Arias, oriunda de Santa Bárbara de Heredia, el 26 de julio de 1924. Amadeo tenía, en ese entonces, 19 años de edad, mientras que Lola no llegaba a los 16.
Don Arturo, el papá de Lola, la había llevado, con su madre y sus seis hermanos menores, a las fiestas de San Joaquín de Flores, que eran famosas porque se habían convertido en el punto de encuentro social entre familias alajuelenses y heredianas. No fueron pocos los matrimonios que se concertaron en dicho lugar pues, como decía don Arturo, los matrimonios surgidos de un mismo pueblo, estaban malditos. –»Vea cuantos idiotas se han prohijado cuando se casan entre la misma parentela» – comentaba en la saca de don Simeón, en donde se reunían varios amigos a tomar contrabando, los domingos por la tarde. Y aunque no lo reconocía abiertamente, sentía que Lola ya estaba en edad de merecer.
¡La pura chapa!
Publicado por Dennis Meléndez Howell en Costarriqueñismos, Costumbres y recuerdos el 21 octubre, 2010
Chapa es el nombre que se da en Costa Rica, y en otros países centroamericanos, a las corcholatas o «crowncorks» (que ya no deberían llamarse así pues el corcho que antes usaban tener, a manera de empaque, fue sustituido por una lámina de plástico) o, simplemente como las llaman en otros países, tapitas, y que se usan para cerrar las botellas de gaseosas o cervezas.
En los 50 y años anteriores, cada familia o negocio, principalmente en el campo, tenía que disponer de sus propios desechos, pues no existían servicios de recolección municipales. Por esto, era común que, en alguna parte del cerco, se hiciera un hueco de profundidad respetable para depositar allí la basura.
Petra
Publicado por Dennis Meléndez Howell en Costarriqueñismos, Costumbres y recuerdos el 14 marzo, 2010
Dennis Meléndez Howell
Bogotá, 14 de marzo de 2010La historia registra que Antonio «Tata» Pinto, un militar que apoyó a Braulio Carrillo en la guerra de 1842, y que, contrario a Vicente Villaseñor, se mantuvo fiel a Carrillo, mencionó en una de sus cartas la expresión «Sigue Petra con calentura», lo que parece mostrar que este dicho es de larga data en el país. No se sabe en qué momento el pueblo le agregó una segunda parte: «y Juana con calambres». Mi tía política, Guillermina Jiménez contaba una historia relacionada con estas expresiones, que trato de repetir tan fielmente como mi memoria me lo permite. Me parece una historia interesante para relatar.
Petra Ramona Dolores de la Trinidad González Ujueta era hija de un próspero importador de abastos y artículos ferreteros de la ciudad de Cartago. Nació hacia finales de siglo XIX, durante la primera administración de don Rafael Iglesias Castro, en los convulsos días en que a sangre y fuego, se reformó la Constitución de 1871, para lograr la reelección de don Rafael.
El silverio
Publicado por Dennis Meléndez Howell en Costarriqueñismos el 1 noviembre, 2009
Pida usted en cualquier soda o turno de pueblo, en Costa Rica, un gallo de silverio y verá que le traerán una tortilla, probablemente con algo de repollo y tomate, y un buen pedazo de salchichón frito o a la parrilla, de ese que los gringos llaman polska kievasa. No espere algo más sofisticado que eso, como el añejado salchichón español. Dependiendo de la sofisticación del establecimiento puede ser que el repollo se lo aderecen con kétchup y/o mayonesa, y a veces hasta con mostaza. A usted le corresponderá ponerle el chile de la chilera que infaltablemente colocan en las mesas. Tenga en cuenta que en algunos establecimientos, el gallo de silverio es solamente la tortilla con el pedazo de salchichón, probablemente partido, a lo largo, por la mitad, para mejor cocción.
Nuestro segundo idioma
Publicado por Dennis Meléndez Howell en Costarriqueñismos el 12 octubre, 2009
Tomado de Radio 800, AM, de Costa Rica
A continuación van a tener el privilegio de escuchar más de 100 palabras de este nuestro segundo idioma: el pachuquismo costarricense.
Este idiomita, mis queridos compinches, que al ratón Pérez van a orejiar, nace crece y se reproduce en los tabos, ¡is!, ahí donde se come rancho, donde la vara de verdad se pone furris, donde se acuna la miseria, el dolor y la amargura, donde te acuestan sin previo aviso, donde todo es vano y fútil, ¡is!, somos nosotros las pintillas, las pirañillas y principalmente los legítimos carn´e tabo, que le heredamos a ustedes este segundo idioma
¡Dejate de mates!
Publicado por Dennis Meléndez Howell en Costarriqueñismos el 2 octubre, 2009
¿Quién puede dudar que la palabra mate está en la entraña misma de la esencia idiomática más pura del pachuco tico? Paradójicamente, el Diccionario de la Real Academia ignora que los costarricenses usamos profusamente este término. Solo le ha abierto la puerta a su uso como americanismo coloquial en Honduras y El Salvador. Según su definición, mate es, en esos países, un “movimiento brusco y repentino, que muestra la intención de la persona que lo hace.” Hasta cierto punto, en nuestro país también se usa esa acepción, pero su uso popular es por mucho, más amplio que ese estrecho significado que le dan los catrachos y guanacos.
Hey, machillo, ¿le cuido el carro?
Publicado por Dennis Meléndez Howell en Costarriqueñismos el 13 septiembre, 2009
Autor: Dennis Meléndez Howell
Macho o macha, se usa en Costa Rica para designar a las personas rubias, especialmente si son muy blancas y de ojos azules o verdes. En El Salvador, Honduras y Nicaragua se les conoce como cheles (palabra que en Costa Rica se reserva para las personas excesivamente blancas como la leche o chele). En México se les llama güeras (que en Costa Rica y Guatemala significa podrido, y en este último país, homosexual); en Venezuela, catires o catiras; en Guatemala, canches; en Ecuador, sucas; en Chile, rucias; en Panamá, fulas; en Bolivia, chocas; en Perú, gringas; y, en Colombia, monas.
De este término se han derivado otros como machillo o machilla, que significa tanto una persona joven o adolescente (sin necesariamente ser rubio o rubia) como aquella que tiene el pelo ligeramente claro, pero sin llegar a ser definidamente rubio. A veces es simplemente un adjetivo cariñoso o adulador, como en el caso del título de este ensayo.
Amarrar el perro
Publicado por Dennis Meléndez Howell en Costarriqueñismos, Costumbres y recuerdos el 12 septiembre, 2009
Este relato se basa en un hecho verídico. Los nombres de los personajes, lugares y otras circunstancias han sido cambiados, a propósito.
Don Manuel Quirós era uno de esos personajes pintorescos que hay en todo pueblo. A mediados de los 60, vivía en San Juan de Tibás, en una vieja casa de madera que había heredado de sus padres, la que tenía un frondoso jardín al frente y un único portón, de hierro forjado, rodeado de un seto alto de amapolas, que difícilmente dejaba ver hacia el interior. Contaban los vecinos que, a pesar de que era excéntrico y solitario, se le reconocía como de buena paga. Su esposa había muerto a finales de los 50 y no habían tenido hijos. En la casa, vivía únicamente él, con un sobrino, quien, en razón de su trabajo como agente viajero, pasaba poco tiempo allí. Como única fuente de ingresos tenía una pensión de Estado, por los muchísimos años que trabajó en el Ministerio de Transportes, como conductor de vagoneta.
¡Cree que vine a vender pericos!
Publicado por Dennis Meléndez Howell en Costarriqueñismos el 9 septiembre, 2009
Autora: Miriam Esquivel A.
Hay una frase que los viejos repetimos casi por instinto, cuando alguien nos quiere timar o decir algo obviamente falso. Muchos jóvenes, quizás, nunca la han oído, y la mayoría de quienes sí la conocen, no tiene idea de adónde salió…..»Ud. cree que yo vine a vender pericos». Resulta que la dichosa frase completa es « ¡Ud. cree que vine a vender pericos y me quedé a vivir aquí!»? Contaba mi madre, cuyos ancestros eran de «La muy Noble y Leal ciudad de Cartago», lo cual casi era decir la flor y nata de la «aristocracia» tica, que cuando ella era pequeña, los josefinos y los cartagos se consideraban que ellos eran los «educados», mientras que todos los mortales de las demás provincias eran los iletrados, por lo que no se les consideraba, socialmente, iguales.
Sobre el significado y el origen de la palabra chunche
Publicado por Dennis Meléndez Howell en Costarriqueñismos el 5 septiembre, 2009
Sobre el origen de la palabra chunche, Carlos Gallini, en su Diccionario de Costarriqueñismos (segunda edición 1915), plantea la hipótesis de que podría ésta ser una derivación del vocablo quechua chunchulli, el mismo que da origen a las palabra chunchullo (tripas menudas) en Suramérica.
Sin embargo, por lo pintoresco, me gusta más la versión de que dicho vocablo tiene, más bien, un origen chino.
Uso correcto de chunche
Publicado por Dennis Meléndez Howell en Costarriqueñismos el 4 septiembre, 2009
¿Qué quieren decir los ticos cuando se refieren a un chunche?
Cada pueblo tiene sus propios términos, creados para entenderse en cada uno de los micromundos lingüísticos que surgen espontáneamente. Algunos de esos términos son efímeros, nacidos a la luz de las circunstancias y de hechos coyunturales. Otros forman parte de la jerga particular de ciertos grupos sociales o laborales. Unos más pertenecen, simplemente, al ambiente familiar o a un grupo reducido de amistades. Pero hay otros que sobreviven al paso del tiempo, y su origen se pierde a lo largo de los años, a pesar de que se convierten en símbolos del habla popular.
Costarrica: Nombre indígena
Publicado por Dennis Meléndez Howell en Costarriqueñismos el 11 May, 2008
Indicios sugieren el posible origen americano, no europeo, del nombre de nuestro país ingüística ‘Costarrica’, nombre indígena.
Planteamos aquí una hipótesis: Costa Rica es nombre huetar. Dicho con precisión: Costarrica o Costa Rica son la castellanización de una voz huetar.
Nota del Editor de la página: Artículo reproducido sin autorización del autor. En apoyo a su tesis, debo recordar un viejo dicho de mi niñez, para referirse a algo muy viejo: «eso es de los tiempos de Camaquiri y Cocorí». Cocorí era el cacique de la zona de lo que hoy es Matina, probablemente conocido en toda la zona Atlántica. Hay un reporte de una entrevista que tuvieron algunos conquistadores en 1538, con este Cacique. Como hipótesis se podría plantear que de Cocorí, puede haberse derivado el nombre «Coquerique o Coquerica» que menciona el autor. Leer el resto de esta entrada »
Montados en la carreta
Publicado por Dennis Meléndez Howell en Costarriqueñismos el 10 julio, 2007
Autor: Ing. Mario A. Esquivel Fournier
Este relato está basado en una charla que escuché al historiador Carlos Luis Fallas sobre la participación que tuviera mi bisabuelo, don Eduardo Fournier Helcht, en las actividades obreras de finales del siglo XIX. Transcribo está interesante investigación para conocimiento de las nuevas generaciones y difusión de nuestras costumbres e historia. Tal parece que la información no llegó mas allá del grupo de personas del clan Fournier que estuvimos presentes aquella noche de 1990…