¡Dejate de mates!

cart1¿Quién puede dudar que la palabra mate está en la entraña misma de la esencia idiomática más pura del pachuco tico? Paradójicamente, el Diccionario de la Real Academia ignora que los costarricenses usamos profusamente este término. Solo le ha abierto la puerta a su uso como americanismo coloquial en Honduras y El Salvador. Según su definición, mate es, en esos países, un “movimiento brusco y repentino, que muestra la intención de la persona que lo hace.” Hasta cierto punto, en nuestro país también se usa esa acepción, pero su uso popular es por mucho, más amplio que ese estrecho significado que le dan los catrachos y guanacos.

El pachuco tico lo usa de muchas maneras. Por ejemplo, cuando alguien se está portando mal o actúa de manera majadera o necia, no es inusual que se le espete: “¡dejate de mates y ponete serio! También es corriente, escuchar, a manera de reclamo que se le diga a otra persona: ¡qué mate el tuyo!, con lo cual se le puede estar indicando muchas cosas, desde que nos resulta molesta su presencia o su forma de hablar, o simplemente que está diciendo algo que es difícil de creer o hace algo que no nos gusta. También, andarse con mates, significa hacer cosas tontas o cometer estupideces.

– ¡Ese carajo se vino con unos mates raros y le zampé un solo guapirolazo que lo dejé tonto! – O sea, andarse con mates raros, también puede significar estar haciendo cosas indebidas o que ofenden.

Pero algunas veces es una palabra comodín, como cuando alguien necesita que le ayuden a hacer algo y pide a un compañero: “mirá, ¡hacémele el matecito a ese chunche a ver si arranca!», con lo cual se le está diciendo que haga algún movimiento, por ejemplo, al arrancador de un carro, para ver si se pone en marcha el motor. Otras veces se le puede usar con el sentido de “movida” o favor en cosas que de alguna manera se brincan los procedimientos: ¡Vieras qué salvada, el cajero me hizo un mate y gracias a eso pude sacar la plata del banco!

El verdadero origen del término, en su sentido pachuco, quizás nunca se sepa y desconocemos si tendrá el mismo origen aquí que, en las tierras de Farabundo y Morazán.

Una hipótesis que tiene mucho sentido sostiene que este es un término asimilado directamente del lunfardo, o sea de la jerga de la clase baja argentina, universalmente difundida por medio de los tangos. Y es que en lunfardo, mate es la cabeza de una persona. En realidad, el mate es el pequeño calabacín al que se le extrae la pulpa y se le deja secar para ser usado para preparar la yerba mate, esa bebida tan inexplicablemente apetecida en el oriente del Cono Sur del continente.

Preparar el mate como debe ser, no es un mate nada fácil. Cuando el mate se llena con la yerba y se hace pasar el agua caliente la cual se sorbe con la bombita, en determinado momento se satura, y la yerba no solo no tiene buen sabor, sino ya no es capaz de dejar pasar el agua. Entonces, en el lunfardo, tener el mate lleno se asimila a tener la cabeza llena de fantasías irrealizables.

Este significado queda explícito en el tango “Mano a mano”, que en una de sus estrofas dice

Hoy tenés el mate lleno de infelices ilusiones,

te engrupieron los otarios, las amigas, el gavión,

la milonga entre magnates con sus locas tentaciones

donde triunfan y claudican milongueras pretensiones,

se te ha entrado muy adentro, en el pobre corazón.

Y es que cuando alguien tiene la cabeza llena de cosas sin sentido o de estupideces, es incapaz de razonar. Por eso la expresión tica: ¡dejate de mates!, o sea deje de hablar o hacer estupideces.

¿Y cómo llegó este término a Costa Rica? Con el arribo de la radio al país, en los años 20 y que se volvió relativamente popular en los 30 y 40, por los viejos aparatos de tubos marca Telefunken o Zenith, empezó a popularizarse el tango argentino. En los años 40, Gardel fue el ídolo por excelencia de las jóvenes ticas. Esta tendencia argentinizante, fue también impulsada por el cine argentino, que dominó el mercado costarricense en los años 40 y 50. ¡Mano a mano nos trajo todos esos mates!

Otro cambio notable que produjo fue la elevación del estatus del voceo en el trato personal. Si bien, como en toda América, el voceo se usaba prácticamente desde la Colonia, se le consideraba una forma campesina de hablar. Con la llegada de los tangos y las películas argentinas, se mostraba éste como el trato usual, aún entre la alta sociedad, lo que provocó que las juventudes de entonces lo asimilaran como el trato familiar y elegante por excelencia.

Así es que mejor nos vamos dejando de mates y aceptamos, de una vez por todas, que en alguna medida, las costumbres y el lenguaje de ese país suramericano tuvo mucha influencia en la idiosincracia tica. No en balde, nuestros hermanos centroamericanos nos conocen como “los argentinos de Centro América”. Y hay que dejarse de mates, no es precisamente por las mejores cualidades de las muchas que tienen estos suramericanos. Y es que, al final de cuentas, los ticos somos todos, en mayor o menor grado, pachucos.

  1. #1 por Mario Alberto el 6 octubre, 2009 - 9:11 AM

    Interesante articulo. Una observacion, aca desde Reconquista, Sta Fe, Argentina y precisamente tomando mate, aprendiendo con la familia que tan bien me ha recibido. Por aca habra algunos comentarios sobre el mate y la yerba mate. Aca desde el propio origen. Te los hare llegar luego.

    • #2 por Dennis Meléndez el 8 octubre, 2009 - 8:20 PM

      Gracias Mario. Esperaré tus comentarios. Lo que yo no me explico es cómo puede gustarle a los argentinos y uruguayos esa bebida. Especialmente si es amargo. Desde luego que son cuestiones culturales, algo así como muchos extranjeros no se explican cómo podemos nosotros comer las flores de itabo, cuando son amargas.

  2. #3 por olman lopez ovares el 20 febrero, 2011 - 3:46 PM

    Hola Sr. Meléndez. ¡Qué interesante este reportaje del mate! Yo soy tico, como el gallo pinto, pero llevo como 15 años viviendo en los Estados Unidos. Cuando, por primera vez escuché hablar de la yerba mate, fue a un argentino quien trabajaba conmigo, en un super mark, en Miami.

    Bueno, ese muchacho, Daniel, cuando salíamos del trabajo los viernes y no teníamos que trabajar el fin de semana, me decía: «Oye, che, por qué no te llegas a la casa esta tarde y nos tomamos unos mates con mi viejo, él no trabaja mañana. Pero yo siempre le ponía cualquier pretexto, porque pensaba que el mate debería ser una bebida alcóholica y ya me habia pasado, con un dominicano, que me llevó a su casa para que probara la mamajuana que preparaba su papá. ¡Ese trago es una bomba! Cojí una clase de borrachera y, bueno, para no hacerte el cuento largo, hoy estoy casado con una argentina y me convertí en el mejor sebador de mate.

    El mate es energizante y adelgazante, sobretodo para bajar pansa; ayuda con el estreñimiento.

    Y sí, la primera vez que probé el mate no lo escupí, pero porque había mucha gente y estaba de conquista con mi esposa (jajajajajaja). Pero, ¡el mate es ricooooo!

    Bueno, Sr. Meléndez, que Dios te bendiga.

    • #4 por Dennis Meléndez Howell el 20 febrero, 2011 - 6:26 PM

      Gracias de nuevo por compartir tus historias. La verdad que sólo una vez he probado el mate y fue en Argentina, una vez que fuimos a una estancia. No me disgustó. Lo único que me causó cierto recelo es que había que compartir la misma bombita para tomarlo. Yo era como el vigésimo que lo probaba y supongo ya eran más babas que mate. Pero, sabía bien.

    • #5 por Dennis Meléndez Howell el 20 febrero, 2011 - 6:35 PM

      Creo que te puede interesar también una lectura similar en esta página que se llama «Manual para dummies de cómo orientarse en San José».

  3. #6 por olman lopez ovares el 22 febrero, 2011 - 3:29 PM

    Jajajajajajajaja. No había pensado en eso. La verdad que tomar mate, con 10 o más personas, no sé, pero el mate se sorbe, no se sopla, jajajaja. Dios te bendiga.

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