La maría

Dennis Meléndez
2 de enero de 2011

En los años 40, aún circulaban en San José los coches y volantas tiradas por caballos, como medio principal de transporte de las familias adineradas y como vehículos de alquiler para que, quienes no poseyeran una, lo pudiesen rentar para una boda o una ocasión especial. El transporte de carga se hacía en carretas y carretones, con sus grandes y filosas ruedas que hacían de las calles verdaderas calamidades.

Sin embargo, ya por ese entonces empezaban a circular por las maltratadas calles capitalinas, y de algunas otras ciudades, los primeros automóviles. A finales de esa década y principios de los 50, marcas como Ford, Dogde, Studebaker, Oldsmobile, Plymouth, Pontiac, Chevrolet, empezaron a ser parte del vocabulario común. Los negocios de alquiler de volantas se iban modernizando y algunos de ellos empezaron a combinar el alquiler de volantas con el servicio de automóviles con chofer. Surgieron así los primeros garajes. Los nombres de Garaje Conejo, Garaje Alfaro, Garaje San José, Garaje San Jorge, etc., entraron en la gama de servicios con que contaba la población. Sin embargo, este servicio era muy restringido, puesto que era caro. Por ejemplo, por un servicio de una casa en el Barrio La Soledad hasta el Hospital, un carro podía cobrar fácilmente 6 colones (una verdadera fortuna), suma que estaba lejos del alcance de muchas familias.

Estos garajes tenían una sede donde debían dirigirse los clientes, preferiblemente el día anterior al que necesitaban un servicio, para reservar un vehículo. Pronto, los garajes empezaron a recibir reservas por teléfono y hasta, si tenían disponibilidad, podían acudir a un llamado de urgencia, en el mismo momento.

Pero conforme el modelo se fue desarrollando, la atención de servicios personalizados se hizo más extensivo. Cuenta la leyenda que, en el Garaje San José (bien podría haber sido en alguno de los otros que existían en ese entonces), había una señora, llamada María Brenes, quien, por su experiencia,  fue siempre la encargada de administrar la logística del negocio. A cada llamada que se recibía, María era la encargada, no solo de verificar la disponibilidad de algún carro y chofer para prestar el servicio, sino, gracias su buen tino, fijar el importe que se debía cobrar. Así, los choferes se acostumbraron siempre a que, antes de salir a prestar una carrera, debían solicitar a María, la respectiva boleta, en la cual ella anotaba el monto que debían cobrar.   

Sin embargo, alrededor de 1953 o 1954 se produjo una importante revolución en el transporte: la aparición de los taxis. Los primeros vehículos destinados a prestar este servicio, eran unos carros muy compactos, de color negro. La novedad era que, además de permanecer en sus garajes, podían también recoger pasajeros en la calle, sin necesidad de previa contratación, de donde se acuñó la palabreja taxear, o sea, rodar por las calles en busca de pasajeros.

Pero claro, en estas condiciones, en épocas en que apenas había leves asomos de los radios de comunicación, y estaban muy lejanos los días de los teléfonos celulares, los choferes no contaban con la ayuda de María, para fijar las tarifas. Pero a cambio de eso, la otra novedad que trajeron estos vehículos eran los taxímetros, o sea, los aparatos que permitían medir la distancia y/o tiempo de uso del vehículo. Los servicios de una María de carne y hueso, ya no eran indispensables.

Probablemente, muchos de los choferes que anteriormente trabajaban en los garajes, se lanzaron a las calles a trabajar de taxistas. Para ellos fue algo natural identificar aquel artilugio de última tecnología, con la María que les decía el importe a cobrar a sus clientes.

Pronto, la costumbre de llamar maría al taxímetro se extendió, no solo como un homenaje y recuerdo tácito de doña María, sino porque la palabra taxímetro es larga y complicada, con la añadidura de que se confundía el taxi, como vehículo, con el taxímetro, el medidor de la tasa correspondiente al servicio.

Hoy en Costa Rica, todo mundo llama maría a ese aparato, pero pocos saben el origen del término.

  1. #1 por Alberto Meléndez Dobles el 31 marzo, 2011 - 9:34 AM

    Una expresión interesante es «poner la sirena» y esta se refiere a la marca italiana que fabrica aun hoy las luces de emergencia para policía y demás vehículos de emergencia

  2. #2 por Virginia Angulo el 27 febrero, 2012 - 10:24 PM

    Hola don Alberto: Hace unos días uno de mis estudiantes me preguntó sobre el origen de palabra «maría» para taxímetro. Ya que lo desconocía, mi respuesta quedó pendiente. Gracias a su artículo, a partir de hoy podré dar la respuesta correcta. Gracias!!

Deja un comentario